6/20/2009

Lo que importa es el modelo

Si uno se para en diciembre de 2007, solo un año y medio más tarde, el que entonces gobernaba con Kirchner ahora va con De Narváez; el que subió con el Barba Gutiérrez también va con Unión PRO, algunos de los que localmente estaban con Lavagna ahora juegan con Carrió y otros están con Scioli y Kirchner y van con Gutiérrez; que se amigó con Aníbal a quien venía a desplazar. En la Argentina post neoliberal no existen los proyectos políticos colectivos con sustento. Todo queda resumido en roscas casi personales entre los dirigentes.

El conflicto del agro conmovió todas las estructuras políticas del país. El kirchnerismo encabezado por la candidatura presidencial de Cristina Fernández venía de ganar las elecciones nacionales al trote. La disputa por las extraordinarias y millonarias ganancias que dejaba la exportación de soja entre el gobierno y las patronales del campo, fue minando el consenso pingüino. En torno a la Mesa de Enlace se articularon dos opciones políticas que decantarían en la alianza de Elisa Carrió con la UCR y la aparición de una porción del PJ denominada peronismo disidente o Properonismo, encabezada por un acuerdo entre los empresarios Mauricio Macri, Francisco De Narvaez y Felipe Solá.


El Kirchnerismo comprendió que la batalla electoral en el conurbano, siempre central, esta vez sería absolutamente decisoria.
Con la intención de contener la mayor porción del PJ provincial, sumó a una figura a la que había rechazado de su espacio sistemáticamente: el quilmeño Eduardo Camaño, a quien le ofrecieron ser ministro de gobierno de Daniel Scioli. Camaño cerraba así un ciclo que la había tenido en 2007 como principal operador político del ex ministro de Economía Roberto Lavagna, quien compitió por la presidencia apoyado por la disminuida estructura nacional de UCR. Habiendo obtenido poco menos del 17 por ciento de los votos, dos meses después de aquellos comicios, Lavagna trazó un acuerdo con Kirchner para reorganizar el PJ. A nivel local, Camaño además de armar una lista del espacio UCR - Lavagna encabezada por Alberto de Fazio, trazó un acuerdo con Francisco Gutiérrez colocando a Jorge Molina en las listas a concejal del Barba, quien disputaba con el delfín del Aníbal Fernández y por entonces ultrakirchnerista Sergio Villordo.

Hoy Villordo, luego de perder las posibilidad de ser reelecto, armó junto a todo un sector del que proviene Aníbal Fernández, entre ellos el histórico ortodoxo peronista Ángel Abasto, una lista que, encabezada por Francisco De Narvaez, lleva al tope de las propuestas a concejalías a Roberto Gaudio. Jorge Molina, quien había sido segundo en la lista de Gutiérrez también pegó el salto al Pro peronismo autopostulándose en una colectora del empresario en Quilmes. El concejal Ricardo "Oli" Arguello - quien formaba parte del bloque gutierrista hasta hace dos meses - denunció publicamente que "apoderados de Unión-Pro nos pidieron 200 mil pesos para no bajar nuestra lista". Finalmente, la lista no fue autorizada por Unión PRO.

Aníbal Fernández no presentó lista en las internas del PJ quilmeño y a instancias de Néstor Kirchner y Eduardo Camaño trazó un acuerdo con Gutiérrez: ambos impulsan la única lista del Frente Justicialista para la Victoria que encabeza testimonialmente el actual intendente, en la que Camaño también jugo nombres. Alberto de Fazio, quien en 2007 fue al tope de la lista de Lavagna aparece allí en segundo orden.

Los mismos nombres entremezclados, por un lado y otro. La supuesta disputa entre distintos modelos, se dirime entre viejos conocidos, que un día están aquí y media hora más tarde sonríen allá. En el territorio, los discursos pierden fuerza y en el cotidiano, todos los gatos son pardos.

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