1/29/2009

La Bonaerense desde Quilmes

Opinión - El secuestro de Leonardo Bergara está lejos de aclararse y probablemente, nunca se aclare. Lo que si se sabe es que numerosos policías de la zona de Quilmes, Varela y Berazategui están seriamente implicados. Si de nombres se tratara, y para referirnos solo al actual período democrático, por las dependencias de la zona han pasado Pedro Klodzyck; Juan José Ribelli; Mario Naldi; los Narcopolicias; Alfredo Fanchiotti y Aníbal Degastaldi. Pero los nombres son solo la cara visible, representan lógicas de funcionamiento que se renueva cíclicamente para volver siempre a ser igual a sí misma.


Logística, corrupción estructural; violencia; homicidios y represión: cualidades de las que son capaces los hombres de la bonaerense quedaron plasmados a gran escala en casos como la AMIA, José Luis Cabezas y la Masacre de Avellaneda, donde los nombres mencionados jugaron roles clave.

Fue sin duda en los tiempos dictatoriales, con la jefatura de los genocidas Ramón Camps y Miguel Etchecolatz que la policía de la provincia se convirtió en ese león útil aunque no del todo manejable que es hoy. Los centros clandestinos de detención y tortura poblaron buena parte del país y en el conurbano se multiplicaron rápidamente entre 1976 –año del golpe – y 1978. En aquellas épocas el médico quilmeño Jorge Bergés fue especialista en torturas y se hizo cargo de la estructura de apropiación de menores.

Durante esa década dos cualidades fueron marcadas a fuego en el futuro de la fuerza: represión y delito. Luego durante los `80 la democracia no logró desarticular esa estructura. Sin duda alguna, el acuerdo entre el Carlos Menem y Eduardo Duhalde, que allanó el camino del riojano hacia la presidencia de la Nación y permitió que el caudillo de Lomas de Zamora hiciera suyo el disputado territorio bonaerense. Los compromisos con que Duhalde logró tener el dominio del mayor bastión electoral del país, dieron marco a todo tipo de negocios. La bonaerense se convirtió en una empresa, tal como afirma el periodista que mejor la investigó, Ricardo Ragendorfer.

Millones de dólares en subsidios enmarcaron la siempre nebulosa “lucha contra el narcotráfico” de la mano de la DEA; “la inseguridad” como eje de las campañas en Buenos Aires y la criminalización de la pobreza como único resultado y objetivo; el juego legal o clandestino, lo mismo da; los prostíbulos y la trata de personas, todo tipo de negocios al costado de lo legal; la represión a la protesta social y el gatillo fácil, el impacto mediático como estrategia comunicacional: el poder político no domina a la bonaerense sino que negocia, utiliza y es a la vez utilizado por la fuerza.

La política posterior, sobre todo durante el perído de León Arslanian y Felipe Solá, acertó en la necesidad de la depuración y erró en dejar en la calle - y no debidamente enjuiciados y detenidos - a policías de trayectoria severamente "manchada". "Hay que darle más poder de fuego a la bonaerense" dijo el actual secretario de Seguridad, Guillermo Stornelli. En sintonía, el gobernador Daniel Scioli apela a politicas de corto plazo de probada ineficiencia como bajar la edad de imputabilidad. Sabido es como se traducen los policías en la calle a la "mano dura" agitada discursivamente desde el poder político:


En 1988, Pedro Klodzyck se hizo cargo de la Brigada de Quilmes. El comisario llegaba a su nuevo destino con muy buenas relaciones políticas, centralmente con el entonces Intendente de Lomas de Zamora, Eduardo Duhalde y su peso dentro de la fuerza en alza. “Don Pedro” como lo llamaban reclutó desde su anterior destino, Almirante Brown, a dos hombres claves: José Ojeda y su cuñado, Juan José Ribelli, Cuando en 1991 Duhalde llegó a la gobernación, Klodzyck fue numero puesto al tope de la bonaerense. Con los años, el gobernador lo llamaría “el mejor jefe de la mejor policía del mundo”. Durante su gestión, plagada de operativos antidroga difíciles de explicar, gatillo fácil batiendo récords, grandes y turbias compras de armamento, crecimiento del financiamiento ilegal de la fuerza a cambio de protección, bajo la tutela de los llamados Patas Negras, grupo interno que reunía a los comisarios más poderosos del conurbano a los que Klodzyck respondía, aquellos que remataron su accionar con el asesinato de José Luis Cabezas.

El mismo año de la llegada de Klodzyck a Quilmes, en el asentamiento San Martín de San Francisco Solano fue encontrado el cuerpo sin vida de Agustín Ramírez, asesinado por efectivos de la policía bonaerense, según expresan desde entonces testigos de los hechos. Ramirez había participado activamente en varias tomas de tierras durante los años '80 en la zona sur del conurbano bonaerense. Fue parte de las Comunidades Eclesiales de Base, y fundador del periódico "Latinoamérica Guacha", publicación que fue un medio de expresión del reclamo y la necesidad de los pobladores/as del barrio. Su militancia molestaba al poder político, la bonaerense lo usó como “caso testigo” en medio de numerosas asentamientos en el sur del conurbano

Otro de los comisarios “famosos” que llegó a la vieja Brigada de Investigaciones de Quilmes (hoy DDI) fue Mario Naldi en 1993, mediático comisario inspector que multiplicó exponencialmente sus bienes personales durante las década del ´90. Naldi, había inventado su carrera junto al fiscal Alberto Piotti. Ambos lograron repercusión mediante espectaculares procedimientos entre los chatarreros. El comisario seguía al fiscal desde un helicóptero, y con las cámaras de televisión detrás. A fines del ´95, ya al frente de narcóticos siempre junto a Piotti, Naldi estuvo al mando de grandes operativos “antidriogas” como “Café Blanco” que le valió un ascenso de Duhalde a comisario mayor, en el que se “extraviaron” mil kilogramos de cocaína decomisados y un avión.

En noviembre de 1995, Klodzyck reconoció públicamente “la situación económica holgada, holgadísima” de Naldi, luego de que el comisario, al que sus pares apodaban “el millonario” festejara su cumpleaños gastando 60 mil dólares. Naldi estuvo más tarde implicado en las escuchas del caso Coppola, donde la bonaerense terminó tan enchastrada como aquellos a los que se suponía debía investigar. Durante la farandulesca investigación de la que el representante de Diego Maradona fue el principal acusado, el mediático Gordo se convirtió en columnista diario del programa de Mauro Viale.
Posterior ícono de la “Maldita Policía”, Juan José Ribelli llegó a Quilmes como mano derecha de Klodzyck y titular de la disputada división Sustracción Automotores, Ribelli llegó a manejar tres concesionarios y varias bandas de policías y civiles “levantaban” autos y hacían trabajos para él. La debacle de Ribelli llegó, aunque tarde, con alguno de los pocos avances de la investigación por la voladura de la AMIA. La camioneta Trafic impactada contra el edificio de la comunidad judía había pasado por sus manos. Un hombre de los suyos, Mario Telledín, había sido el “doblador“ del vehículo. Ribelli fue detenido en 1996 fue detenido y expulsado de la fuerza. Pasó 8 años en prisión. Su última y reciente aparición fue ya como abogado de Ibar Sebastián Pérez Corradi, mexicano relacionado con la causa de tráfico de efedrina.

“Ribelli es un pícaro. Por ahí le sacaba un auto a uno y lo vendía” – dijo Klodzyck intentando defenderlo. 20 sumarios tenía Ribelli al llegar a la Brigada de Quilmes entre ellos robos varios y reiterados, atentado, resistencia a la autoridad y cinco por homicidios en riña, una por asociación ilícita, numerosos robos de automotores y una privación ilegítima de la libertad y extorsión. Ribelli no volvió a ser sumariado desde que “el Polaco” Klodzyck asumió la jefatura provincial. Es probable que la justicia nunca confirme lo que a esta altura es un certeza: su responsabilidad como parte sumamente importante de la “conexión local” en la voladura de la AMIA. Tal vez por eso, la bonaerense embarró hasta el hartazgo la investigación del atentado

Si de la AMIA se trata, en diciembre de 1995, el jefe de la brigada de investigaciones de Quilmes, Ángel Salguero fue designado como el hombre que coordinaría la investigación del caso AMIA junto al juez Juan José Galeano. Bajo sus órdenes, Ribelli, todavía al frente de Sustracción de Automotores, formó parte de los operativos, antes de ser detenido como sospechoso en la misma causa. Salguero impulsó allanar la casa de Emilio Morello, ex capitán de ejercito y diputado por General Sarmiento por el MODIN (agrupación política que reunió a los llamados “carapintadas” que se habían sublevado contra el gobierno democrático de Raúl Alfonsín, para asegurar la impunidad de los militares en el genocidio de los `70). El allanamiento estaba destinado a hacerle pisar el palito al juez, conduciéndolo ya que el diputado tenía fueros. El juez apartó a Salguero de la investigación Salguero fue trasladado luego de que apareciera en los medios una vieja foto suya acompañando a Mario Telleldín, el doblador de autos de la banda de Ribelli, hasta ese momento único acusado por la voladura que el comisario estaba “investigando. Salguero fue exonerado de la fuerza en diciembre de 1997 y un mes después fue acusado de profanar tumbas en un cementerio judío de La Tablada junto a sus últimos dirigidos, los efectivos de la brigada de La Matanza.

Roberto Machuca, otro de los comisarios de Quilmes, con prontuario acumulado. Fue quien colaboró con Ribelli ya detenido para que este pueda violar la incomunicación dispuesta por el juez Juan José Galeano en la causa AMIA. Dueño de dos casas, dos departamentos, un local comercial –todo en la zona de Tigre–, un terreno y varios autos registrados como propios, Machuca estuvo investigado por enriquecimiento ilícito. Durante la investigación de la aduana paralela, en la cual el comisario tuvo destacada labor, se descubrió que buena parte de la mercadería decomisada estaba siendo “robada” de un deposito bajo su custodia.

Entre los policías de la patota de Ribelli en Automotores estaba Alfredo Fanchiotti, quien varios años más tarde, lograría fama de duro y condena por asesino, al comandar la represión del 26 de junio de 2002 durante una protesta de trabajadores desocupados en las cercanías del puente Pueyrredón en Avellaneda. La cacería dejó treinta y tres heridos con bala de plomo y dos fusilados: Darío Santillán y Maximiliano Kosteki. Fanchiotti y su chofer, Alejandro Acosta están actualmente cumpliendo condena perpetua por esos homicidios, de los que fueron coautores. Los abogados de todos los policías filmados mientras despejaban a tiros las calles de Avellaneda, encabezados por Amílcar Chiodo y Omar Daer residen en Quilmes.

Los policías Roberto Calzolaio (subcomisario), Julio Giménez (inspector), al mando del primero habían llegado en 1995 desde San Martín a la División Narcotráfico Sur, con asiento en Quilmes, donde ya prestaba servicios Mario Florentín (sargento). Rápidamente armaron la llamada banda de “Los Pastorcitos” que unía a policías en actividad y civiles en la protección a narcotraficantes en las zonas de Quilmes, Berazategui y Florencio Varela. El trato consistía en el aporte de 700 dólares al inicio y 500 cada semana a cambio de protección policial. “Los Pastorcitos”, al mando de Calzolaio vendían la droga que incautaban. 1.721.000 pesos al año recibía Narcotráfico Sur por prestar protección a narcos, 20 hoteles alojamiento; 6 parteras ilegales, 23 boliches nocturnos y 6 cabarets de Quilmes, Varela y Berazategui.

En 1996 los pastorcitos fueron descubiertos por una cámara oculta de Telenoche Investiga. El comisario inspector Miguel Ángel Canelo, jefe de la División Narcotráfico Sur, que debía quedar al margen de la investigación de Canal 13, fue sorprendido por los periodistas que descubrieron que contaba con tres casas y cinco departamentos, tres automóviles último modelo, un yate de lujo valuado 55.000 dólares y una flota de 30 taxis en la ciudad de Buenos Aires: en total un patrimonio de 10 millones de dólares, pese a que su sueldo ascendía solo a 1800 pesos.

En junio de 2001 en medio de un intento de robo a Mc Donalds en Mitre Y Brandsen, la estudiente y militantes del CEPRODH (organismo de DDHH) Carla Lacorte, recibió un balazo por la espalda. El tirador fue el oficial José Salmo de la Comisaría 6º de Ezpeleta, según dijeron la pericias. Salmo fue sobreseído por la justicia Quilmeña.

El 10 de mayo de 2002, Andrea Viera, de 25 años, y Gustavo Cardozo, quien era su pareja, esperaban un colectivo en el centro de Florencio Varela. Cerca de ellos se desató un tiroteo donde un policía terminó herido y un delincuente murió. Entonces fueron detenidos por "averiguación de antecedentes". Andrea murió después de haber sido torturada, asesinada por policías de la comisaría 1ª de Florencio Varela. En julio de 2006, el Tribunal Oral en lo Criminal Número 3 de Quilmes absolvió a cuatro efectivos acusados por este crimen. La única condena fue para Marta Jorgelina Oviedo, quien fue sentenciada a perpetua bajo prisión domiciliaria. El testigo Jorge Galván Plaza, quien complicó con su testimonio a los policías, fue encontrado asesinado en un zanjón.

2003 año récord: de la DDI fueron separados de sus cargos por graves denuncias. El afamado comisario general Aníbal Degastaldi en primera instancia, quien había intervenido en dos casos de enorme repercusión, el del asesinato de María Marta García Belsunce y el caso Conzi, el dueño del restaurante Dallas acusado de la muerte de un joven. Degastaldi tenía varios restaurantes y dos bailantas, una lujosa propiedad en Capital Federal. Paso a disponibilidad en 2003. Luego, en Agosto fue el turno del Comisario Mayor Víctor Hugo Herrera: tres viviendas y una casa de fiestas infantiles; el subcomisario de la DDI, Marcelo García y del comisario mayor Rodolfo Coronel, a cargo de la jefatura Departamental de Quilmes, por presunto enriquecimiento ilícito. En noviembre un oficial y dos suboficiales de la DDI, fueron detenidos por gendarmería en una estación de servicio de la Autopista Buenos Aires-La Plata mientras extorsionaban a un comerciante de autopartes de Florencio Varela. Los policías habían cobrado unos 5000 pesos para no inventarle una "causa" en contra del comerciante. El comisario inspector Eduardo González, quien se encontraba en forma interina al frente de la DDI tambien fue reelevado.

239 tiros una tarde de enero del `94 en Wilde salieron munidos de itakas y ametralladoras de once policías de la ex Brigada de Investigaciones de Lanús, a cargo entonces de Juan José Ribelli. En la avenida Mitre, a la altura del Parque Domínico, tres autos sin identificación comenzaron a perseguir a un remís Peugeot 505. En Ramón Franco al 5600 chocaron y los policías mataron a los tres hombres del 505. Otro grupo de policias siguió a un Dodge 1500 amarillo con tres ocupantes. Pero se confundieron y siguieron a otro Dodge idéntico en el que viajaban Cicutín y Díaz. Al ver que los seguían, en Mariano Moreno y Bismark, Díaz paró el auto y se tiró al suelo. Cuando Cicutín hizo lo mismo, recibió once balazos. el caso se conoció con el nombre de "Masacre de Wilde". Roberto Mantel estuvo a cargo como capitán de la Jefatura departamental de Quilmes hasta febrero del año 2006 y Carlos Saladino pasó a retiro obligatorio en 2000 habiendo prestado servios en la DDI. Ambos dispararon en Wilde aquella tarde.

El 20 de Octubre de 2004, 17 adolescentes detenidos en la Comisaría Primera de Quilmes iniciaron un fuego como protesta al trato de los policías. Golpes, empujones, bastonazos y patadas fueron el prolegomeno de la Masacre de Quilmes a causa de los cuales murieron Diego Maldonado, de 16 años, Miguel Aranda de 17 años, Elías Jiménez de 15 años y Manuel Figueroa de 17 años. Otros tres jóves fueron llevados a terapia intensiva permaneciendo allí por 30 días. El resto presentaban señales del maltrato.

El 14 de Agosto de 2006, una “patota” que respondía al intendente Sergio Villordo, consejeros escolares y concejales golpeó a alumnos de Bellas Artes de Quilmes. Para hecerlo traspasó un endeble cordón montado por efectivos de la comisaría 1 a cargo de Javier Fredes. El 26 de septiembre de 2007, estudiantes de fueron reprimidos por efectivos mientras escarchaban a Villordo. Un estudiante fue herido con balas antitumulto. Fredes fue reemplazado en enero de 2008.

Hoy, el oficial de más alta jerarquía entre los detenidos del "Caso Bergara" es el capitán Cardozo, Jefe de operaciones de la Distrital Berazategui y hombre de estrecha confianza del actual jefe de la Departamental, el comisionado Adrián Cisterna, quien ubicó a Cardozo en la cercana dependencia. Las sospechas recaen nuevamente sobre toda la departamental.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

en quilmes la policia le responde al ministro no?

Anónimo dijo...

cual es el teléfono actual ? De la brigada de quilmes ,m e pueden dar x favor?

Osvaldo dijo...

Es importante estar al tanto de las cosas que realizo la policía de nuestra localidad y poder conocer las noticias que ocurren. A mi me gusta tener todos los teléfonos y disfruto de conocer las cuestiones vinculadas a la comunicación, y por eso constantemente estoy utilizando las redes sociales y hace poco pude hackear cuenta de facebook.